¿Cuál es tu postura? Te sientes un fracasado porque no has logrado aún tus metas o reconoces que el fracaso es una etapa necesaria para llegar al éxito?
Por Adriana Giannini
Existe una gran diferencia entre asumir un fracaso como algo natural y sentirse un completo fracasado. Obviamente, nadie quiere fracasar pero existe un abismo entre reconocer un error y sentirse un perdedor.
Resulta lógico que cuando emprendemos un negocio, invertimos dinero, o cualquier carrera que iniciemos, deseamos tener un éxito total pero no siempre es así. Lo importante es estar atentos en todo momento, a cuál es nuestra aptitud (conocimiento) y nuestra actitud (postura), frente a los imprevistos.
Si tememos fracasar y nos convertimos en nuestros propios enemigos nos sentiremos culpables. Y se sabe que la culpa busca el castigo, así que con ese esquema, luego de un fracaso, será difícil tener arrancar de nuevo hacia el éxito.
Fracaso predeterminado
Pues hay una mala noticia. Si actuamos siempre lamentando un revés, seguiremos fracasando para confirmar lo que creemos. Para darnos la razón a nosotros mismos, lo que en teoría de la comunicación se llama “profecía catastrófica”.
Nada de de dramatismos: Somos humanos y el fracaso es parte de nuestra vida.
No puede llamarse fracaso a cualquier equivocación o si un logro tarda más de lo esperado. Porque el fracaso te cuelga el "sambenito" de culpable y ya se sabe que la culpa busca castigo por lo que el fracaso será su arma preferida.
Metas claras atraen éxito
Según el psicólogo y escritor Bernardo Stamateas, en su libro Fracasos exitosos de Editorial B de Bolsillo, si tus metas son específicas y claras, te será más fácil saber cómo volcar en ella, la energía para no fracasar.
Condiciones de meta confiable
Tener definido adónde se quiere ir y llegar. Para obtener resultados hay que tener clara la meta y claras las acciones. Si todo esto está claro, no hay posibilidad de temores.
La meta tendrá que responder a estas cualidades:
- Específica: Toda meta desarrolla un plan de acción a seguir. Considerar algo como obvio, perjudica tus logros y te decepciona.
- Cuantificable: La meta no debe ser abstracta (quiero ser feliz) sino medible: (¿en cuánto tiempo voy a mudarme?, ¿cómo lo haré? y ¿a quién puedo pedir ayuda?)
- Desafiante: Para que una meta sea interesante, tienes que correr riesgos, no temer al cambio y a transitar por una zona incómoda por un tiempo, hasta alcanzar el confort deseado. Y tendrás que caminar el fracaso para aprender sobre éxito.
- Apasionante: Sin pasión, no hay logro posible. Visualizar diariamente el momento de éxito, ayuda mucho.
Dos caras de una misma moneda: frustración y logro
En cada situación negativa existe la posibilidad de sacar provecho y de volver a intentarlo. El secreto está en mantenerse fiel al propósito y en enfocarse en una nueva estrategia. Pregúntate :
- ¿Estoy bien enfocado en mi meta?
- Si mi fracaso lo experimentara un amigo, ¿qué le aconsejaría?
- ¿Hice lo suficiente por no fracasar?
- ¿Pongo pasión en lo que hago?
- ¿Qué creo yo que me impulsa a fracasar una y otra vez?
- ¿A quién creo perjudicar si fracaso?
- ¿Qué sería lo peor que podría pasar si fracaso de nuevo?
Deja atrás tu decepción. Y para que tu meta no sea una ilusión óptica:
- No aceptes excusas
- Sé competitivo y audaz
- Usa todo tu potencial anti fracaso
- Felicítate y disfruta cuando lo logres
- Y recuerda que si fracasas, no importa
- Podrás empezar con mejores recursos