La deserción de los soldados Rusos en la guerra de Ucrania
Engañados fueron llevados a la guerra, lo que era un ejercicio militar, se transformo en una sangrienta guerra, él es un soldado, pero la idea de destruir y matar no le agrada, la bandera de Ucrania es amarilla por el trigo que allí se cultiva, él lo sabe bien porque sus primos por parte de la familia de su madre son Ucranianos, él lo sabe bien porque ha estado de vacaciones varias veces durante su corta vida por estas latitudes.
A esta altura el tanque en el que conviven los cuatro soldados rusos es como una prisión, la caravana de tanques, que como una serpiente venenosa avanza en los territorios de Ucrania los ha dejado atrás, un inconveniente mecánico no les permite seguir siendo parte de la caravana de la muerte.
La guerra los afecta a todos
Mientras sus primos por parte de su padre, corren en Moscú por una última hamburguesa, desesperados porque occidente escapa de Rusia, él en medio de la noche no puede dormir, el frío cala sus huesos, la comida caliente y una cama cómoda brillan por su ausencia pero no es esto lo que a él le molesta, la idea de asesinar y destruir es lo que a él le molesta , él lo viene masticando la idea es temeraria y no lo ha hablado con nadie, desertar es una decisión personal e intima, no estaba dispuesto a ponerla en consideración de sus compañeros de armas, si lo hacia lo haría solo, asumiendo los riesgos y las consecuencias.
La noche se disipa ante la llegada de la fuerza del alba, sigiloso abandona su prisión de metal, siente por última vez el tufo contenido en el hermético tanque, una mezcla de transpiración acumulada con metal y pólvora, un asco de hedor.
Tiembla mientras camina sigiloso alejándose del tanque, comienza a correr desesperado, mientras el miedo que le provoca lo que ha hecho le hacen brotar sus lagrimas, corre por ese amarrillo mientras ya sin sentir frio se desprende del uniforme Ruso lanzándolo por el aire.
Ya se encuentra a salvo, a salvo de matar y destruir.