Somos muchos a quienes nos gusta ver el espectáculo de lucha de las artes marciales mixtas o cómo mas es nombrado UFC, la cual es la organización más famosa e influyente de este medio.
Para muchos es agradable y muy entretenido ver (sobre todo los fines de semana) el show proporcionado por los canales de televisión y que trata de peleas organizadas de carácter profesional transmitidas frecuentemente por estos medios.
Resulta bastante entretenido y emocionante ver estas luchas en las que dos personas muy bien entrenadas y con cualidades físicas cómo lo son técnicas de lucha, habilidad, fuerza y valentía se enfrentan en un octágono hasta que venza el mejor o finalice la pelea por el término del tiempo reglamentario, y por decisión del jurado se le de la victoria a uno de ellos.
Nos parece muy interesante y nos llama la atención ver estas peleas y todas las cualidades tanto físicas como mentales que deben tener estos luchadores, como lo son peso, estatura, fuerza, rapidez y poder de golpe, y compararlas con las de sus oponentes. Y a la vez estrategias psicológicas y físicas impartidas por sus entrenadores.
Pero como muchas otras cosas en la vida este deporte tiene su lado negativo, algunas veces al estar viendo las peleas se hacen tan largas ya que ninguno de los dos oponentes cae, y son golpes y golpes, y cómo son tan duros y fuertes (ambos) ninguno cae al suelo…
Y es en este momento donde uno cuestiona esta disciplina, ya que parecen estar llevando una golpiza demasiado fuerte estos participantes, que reciben golpes y más golpes hasta que el cuerpo aguante, sin ninguno que nadie ceda.
Round tras round, de tres (3) minutos de duración cada uno, y a veces hasta llegar al 5to round y ninguno se desvanece.
Y es aquí donde se pone a prueba el cuerpo humano y sus límites, y se juega con esta resistencia propia del cuerpo, que posee de manera natural para sobrellevar los embates de la vida y cualquier eventualidad que le suceda en su existencia.
Y de igual manera nos hace recordar que no hemos superado aquellos antiguos espectáculos que se realizaban en aquel coliseo muy conocido ya por todos y por su historia, donde se presentaban espectáculos para multitudes, y cuya finalidad era entretener a multitudes sedientas de sangre.
O en épocas más actuales peleas de gallos, perros de raza y cualquier otra actividad en la que se incluyan luchas para la diversión de los asistentes y/o espectadores.
Cabe destacar que para estas personas esto es una profesión y un trabajo, ya que se dedican a esto y viven de ello, obteniendo algunas cifras millonarias por su participación.
De manera pues, y concluyendo este texto, y exaltando su lado positivo, podemos decir que a pesar de este lado gris sigue siendo un deporte muy exigente para sus practicantes, exigiéndoles verdaderas condiciones físicas, mentales y una constante disciplina y entrenamiento para poder dar la talla en el octágono.
“Vale destacar que para estas personas esto es una profesión y un trabajo, ya que se dedican a esto y viven de ello, obteniendo algunas cifras millonarias por su participación. Y ninguno de ellos a sido obligado a participar en ello”.
Viva el deporte!