Por Adriana Giannini
Esa historia que solemos contarnos, muchas veces, no nos beneficia porque no es la verdad, no es nuestra sino que la recibimos de figuras de autoridad y la repetimos hasta el día de hoy. Hasta darnos cuenta de si esa historia que habla de nuestra personalidad, conducta, miedos, pasado, presente y futuro, y de nuestras habilidades y posibilidades de fracaso o logro que hemos escuchado y armado a lo largo de nuestra vida, es auténtica y está vigente.
Yo, de chica, me contaba siempre la misma historia que había escuchado de mis mayores: “soy tímida, no puedo defenderme, y esto no cambiará” Cuando me di cuenta de que ésta era una historia prestada y tal vez, en algún momento yo había manifestado esa conducta, pero al etiquetarme así, en un principio, los otros y luego yo, cada vez se me hacía más difícil cambiar aquello que no me ayudaba.
Cómo cambiar tu historia en cinco pasos:
Te propongo un ejercicio: escribe la historia que te cuentas siempre cuando te levantas a la mañana o te acuestas a la noche, cuando valoras tu imagen, tu forma de hablar, tu modo de relacionarte y de trabajar y lograr tus metas y deseos. Empieza así…
1. Yo soy…...
Completa todo lo que se te venga a la mente
2. Yo quisiera ser…
Luego completa esta segunda frase, en la extensión que quieras.
3. Coteja ambos textos, y fíjate qué definiciones coinciden contigo, hoy, y cuáles, no. Tacha la que ya no existen, resalta las nuevas y las que deseas conseguir.
4. Analizar te sirve para darte cuenta cuál es tu visión sobre tu postura frente al mundo, en este momento. Y cómo hacerte cargo de las negativas, las positivas y las que quieres traer a tu vida.
5. Sé específico y preciso. En cuanto a las negativas que no te ayudan a sentirte bien, integrado socialmente, haciendo lo que quieres o cumpliendo metas, empieza a escribir en un cuaderno, aquella cualidad que quieres cambiar y cómo lo harás, a través de fechas y acciones.
Lo importante es tomar consciencia de qué cualidades son reales y modificables y, sobre todo, si encuentras otras positivas que no formaban parte de esa historia vieja y de segunda mano, empezar a usarlas a tu favor.
Plan para modificar el relato que te juega en contra
Toma una frase de tu historia y moldeala con compromiso.
“Soy una persona hostil, egocéntrica y tengo tendencia a aislarme”
Si llegas a la conclusión de que esto es así y no la interpretación de otros, entonces, manos a la obra:
Escribe tres acciones con su fecha límite y comprométete a cumplirlas, para cada objetivo:
Objetivo 1: Suavizo mi carácter. Manejo mejor mis modos de relacionarme.
Acción 1: Soy impecable con mis palabras y busco ayudar a quienes me rodean. De manera específica y para no quedar en el simple discurso, escribe cómo lo harás: por ejemplo, me ofrezco a ayudar a un familiar, yendo a comprarle un medicamento o lo que necesite, para mejorar mi aislamiento y falta de solidaridad. Es decir, salir de mí y empezar a ver hacia afuera, interesarme por los otros y mejorar mi forma de hablar y mis tonos de voz.
A esta acción le ponemos una fecha tope, que responde a la pregunta: ¿Cuándo empezaré a poner en práctica esta nueva conducta? Pongamos 20 de setiembre. La clave es cumplirla y sostener el cambio, en el tiempo.
Así como esta acción, puedes desarrollar dos más por semana para el Objetivo 1, tendientes a cambiar lo que no te gusta de ti, ahora mismo.
El coaching propone lograr cambios sobre la base del compromiso y de ser específico con lo que se desea. De nada vale decir, quiero dejar de ser hostil si no digo cómo y cuándo lo voy a hacer. Quedaría en un bonito discurso, pero sabemos que sin la acción adecuada en tiempo y forma no se logra nada.
Te regalo este lema de vida que me parece fascinante y aplicable a todo: “La acción y sólo la acción, produce resultados”