Mi nombre es Emilia Houston, y jamás pensé escribir este relato. En un mundo en donde siempre calle todos mis deseos por miedo a ser juzgada, jamás pensé que seria capaz de gritarlos al mundo sin remordimiento alguno. Teniendo 15 años, la visión social no llega a consolidar lo que llamo ''ninfomanías censuradas'' y ojala esta consolidación exista algún día.
Todo empezó cuando en una clase de educación sexual en quinto grado, una sexologa intentaba ensenarnos sobre como protegernos al momento de tener relaciones sexuales, lo cual era bastante irónico debido a que mis conocimientos eran nulos en términos de lo que vendría siendo tener intimidad con una persona externa.
Mi primer instinto fue escuchar los chistes que hacían los hombres y presenciar la incomodad de las mujeres mientras ella nos presentaba imágenes de los genitales reproductores. Seguido a esto nos explico los riegos del sexting, y dentro de estos riesgos teníamos que nuestros nudes podían llegar a porno grafía infantil. No puede negarles que la palabra pornpografia quedo resonando en mi cabeza por un par de días. Hasta que decidí buscarla en google, sin saber la obsesión que esta me provocaría con el pasar del tiempo.
Navegando entre Pornhub me encontré a Lana Rhoades, mi primer icono sexual. Mi cuerpo liberaba sensaciones nunca antes experimentadas, e inexplicablemente genere cierto gusto hacia verla a ella y a diversas actrices porno. El porno heterosexual nunca fue reconfortante para mi, mientras el lesbico reaccionaba de manera instantánea con mi cuerpo entero. sentía cierto tipo de adrenalina la cual recorría mi cuello, mis brazos, mi cintura, mi abdomen, y mi mente. Es impresionante como un simple video despertó en mi tantos anhelos, tantos anhelos imprevistos dentro de una sociedades regida por edades establecidas para empezar una vida sexual, regida por gustos determinados en dirección al sexo opuesto, y demás concurrencias ineptas, en mi opinión personal.
Mis anhelos se convirtieron en acciones físicas con el pasar del tiempo. Empezando por mi primer beso con una mujer. Me encontraba en una fiesta y decidí besarla. Sentir sus labios, y pegar su cuerpo contra el mío, fue de las experiencias mas increíbles que he experimentado. Sus manos rozaban mi cuello, y luego lentamente fueron bajando por mi cintura mientras ella besaba mis labios. Besaba su cuello, mientras escuchaba su respiración agitada. Mi cuerpo de erizaba con sus gemidos, y mis deseos incrementaban con cada roce que teníamos. Entre risas y miradas nos deseábamos mutuamente mas y mas.
Luego en casa de una amiga la curiosidad nos termino invadiendo, y de nuevo volví a este bucle de anhelos, este bucle en el que me encuentro actualmente atrapada. Tener al frente de ti esa mujer que siempre deseaste es indescriptible. Tan indescriptible como lo es recorrer su cuerpo con mis labios, mientras la veo disfrutar de cada beso y de cada caricia dada por mi. Tan indescriptible como lo es contemplar un orgasmo junto una mujer. Tan indescriptible como lo que es verte enredado por segundos minutos y horas entre la labia y las noches interminables que te dejan con ganas de volver a verla por el resto de tu vida.
Ninfomanías censuradas, es como titules sus labios, sus senos, sus piernas, sin cintura, su voz, y todo su ser.