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El cansancio mental. Qué es y cómo prevenirlo

El cansancio mental. Qué es y cómo prevenirlo

El cansancio mental es un enemigo silencioso que puede hacernos daño cuando menos lo esperamos. Debes prestarle la atención necesaria para no sucumbir ante sus presiones.

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@luigsto

Diferencias entre el cansancio mental y el físico

Es normal que sientas cansancio físico luego de un esfuerzo muscular, después de una larga caminata o de un día de trabajo. Este tipo de agotamiento puede reflejarse directamente sobre alguno de tus músculos en particular; es posible que la debilidad que sientas sea generalizada.

Sin embargo, es un tipo de cansancio que desaparece con buenas horas de ocio o momentos de reposo. Nada como llegar a casa y descansar.

El cansancio mental, en cambio, es el resultado de un trabajo en donde el intelecto ha sido puesto a prueba. En estos casos, la actividad cerebral ha sido excesiva y puede llegar hasta una sobrecarga emocional.

Generalmente, el cansancio mental suele confundirse con el agotamiento físico, pues muchos de sus síntomas son parecidos, tales como dolores musculares, calambres o debilidad general. Sin embargo, sus orígenes pueden ser diferentes.

Causas del cansancio mental

Las principales causas del cansancio mental provienen de una prolongada actividad intelectual en donde la necesidad de concentración es larga. De igual manera, los estados de angustia y ansiedad, intensas y continuadas, pueden desembocar en estados mentales alterados que podrían repercutir en la salud de quien los experimenta.

Para comprenderlo, se puede decir que el cansancio mental puede definirse como un síndrome; es decir: un conjunto de fenómenos entremezclados, los cuales se caracterizan por la aparición de síntomas específicos. Dichos síntomas pueden manifestarse tanto en lo físico como mental y, en casos graves, podrían afectar la conducta del individuo.

Entre algunas de las situaciones que podrían desembocar en el cansancio mental podemos citar:

  • Alto volumen de trabajo donde se requiera niveles prolongados de concentración
  • Inseguridad sobre el cumplimiento competente del trabajo asignado
  • Temor a quedar desempleado
  • Relaciones tóxicas en el ambiente de trabajo
  • Relaciones tóxicas de pareja
  • Insatisfacción con el nivel de vida financiero
  • Padecimiento de alguna enfermedad limitante
  • Sentimiento constante del deber no cumplido
  • Sensación de que algo grave sucederá en algún momento

Y, así, sucesivamente. Son incontables las causas desencadenantes del cansancio mental y dependen de la personalidad de cada individuo.

Es probable que algunas de esas causas te sean familiares; sin embargo, es fundamental prestar atención a los síntomas, los cuales podrían alertar sobre un padecimiento grave o una simple situación puntual.

Síntomas del cansancio mental

Ocasionalmente, podríamos sentirnos con cansancio mental; esto no significa que nuestra salud mental se encuentre en riesgo inminente. Para que nuestra atención se enfoque sobre un posible problema, deberían manifestarse al menos cuatro de las siguientes manifestaciones:

  • Insomnio recurrente. Es difícil conciliar el sueño, aunque el cansancio físico sea notable y recurres a medicamentos para poder dormir.
  • Profundos estados depresivos. A veces consideras la vida como un sin sentido
  • Mal humor permanente. Te molestas hasta por cosas insignificantes
  • Indiferencia ante situaciones trágicas externas. Existen personas con cansancio mental tan avanzado que ninguna tragedia humana les conmueve
  • Problemas físicos recurrentes. Tales como náuseas, mala digestión, dolores de cabeza inexplicables, falta de apetito, taquicardia y otros síntomas que no son reflejo de alguna dolencia identificable
  • Cansancio permanente. Constantemente te puedes sentir agotado sin haber realizado algún esfuerzo

Si te identificas con alguna de ellas, o con varias, deberías tomar cartas en el asunto, pues si los síntomas perduran o se agravan podría ser riesgoso para la salud mental y física.

Cómo protegerse del cansancio mental

Un cambio radical en tu forma de vida es indispensable. Debes asumir la vida en una manera más natural y menos forzada. Aquí te dejo algunas prácticas que podrían ayudarte:

  • Prácticas de relajación. Los ejercicios de respiración son ideales. Busca un lugar tranquilo, siéntate en una posición erecta y respira profundamente por la nariz y botar por la boca, lentamente. Haz de tres a cinco repeticiones y hazlo varias veces al día.
  • Si tu trabajo amerita mucho tiempo sentado, toma mini descansos cada hora; muévete, camina; observa los detalles a tu alrededor o extiende tu mirada hacia el horizonte.
  • No te comprometas a realizar trabajos que estén más allá de tus capacidades.
  • Ejercita tu cuerpo diariamente por 15 a 20 minutos.

Ten en cuenta que basta un momento para tomar la decisión correcta y eliminar toda la carga que pesa sobre tu mente. El mundo seguirá girando, aunque no seas tú quien lo empuje, y no se detendrá a pesar de que luches por ello. Entonces, ¿de qué te preocupas?

Si algo que te afecta tiene una solución, no te preocupes, antes bien ocúpate en resolverla. Y, si no existe solución, entonces, tampoco te preocupes porque hagas lo que hagas, nunca podrás resolverlo. ¡Relájate!

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