CASU MARZU: El Casu Marzu (o Modde o Cundhihu) es un queso oriundo de la isla de Cerdeña con un nombre no muy imaginativo pero sí muy adecuado: significa “queso podrido”. Al prepararlo se lo deja al aire libre, para que la mosca del queso (Piophila Casei) deje allí sus huevos y acelere la fermentación. Las larvas, en forma de apetitosos (¿?) gusanitos blancos muy apreciados por los degustadores, miden 8 mm y pueden saltar hasta unos 15 cm, detalle que obliga a protegerse los ojos. De pasta blancuzca, sabor similar al Gorgonzola (dicen) y aroma... nuclear, el peligro de ingerir este queso es contraer miasis entérica, una infección intestinal causada por las larvas que ocasiona molestísimos síntomas. Lo bueno: no es mortal. Lo malo: todo lo demás.
FUGU: Quizás la comida fatal más popular del mundo, el pez globo o fugu aparece incluso hasta en un episodio de los Simpson (llamado “One Fish, Two Fish, Blowfish, Blue Fish”) en el cual Homero lo prueba en un restaurante japonés y el chef descubre que su aprendiz le sirvió una de las partes venenosas... Por fortuna, Homero sobrevive pero no todos son personajes de dibujos animados: la hembra de este pez posee un hígado y ovarios (hay que tener ganas de comer esas partes) que albergan un veneno llamado tetrodoxina –para el cual no se conoce un antídoto- que puede causar la muerte por asfixia en cuestión de horas. Curiosamente, cualquier chef que se precie de tal en Japón intentará dejar en la porción la cantidad justa de veneno para provocar un cosquilleo en la lengua del comensal, y que éste quede satisfecho con el sabor y la experiencia.
RUIBARBO: Este vegetal de rojos tallos, muy popular en EE.UU. e Inglaterra donde es uno de los ingredientes favoritos para rellenar pasteles, el ruibarbo puede resultar peligroso: sus hojas contienen una toxina conocida como oxalate, que en grandes dosis puede causar mareos y descompostura. En la cocina sólo se utilizan los tallos, que tienen la toxina pero en proporción mucho más baja. Mejor seguir con el apple crumble…
NUEZ MOSCADA: ¿Sabían que la nuez moscada se considera un alucinógeno? Bueno, sépanlo: unos 50 grs. pueden causar convulsiones al comer, y si la dosis se eleva a 80, provoca delirios. Los audaces que se bajen una nuez entera corren el riesgo de entrar en lo que se llama “psicosis de la nuez moscada”, que puede ser mortal.
MIEL: No hay que temerle a la miel que compramos en los negocios, ya que la versión comercial se procesa para eliminarle las toxinas. No obstante, la miel orgánica sin pasteurizar no está libre de la grayanotoxina, causa de nauseas, vómitos, mareos y una variedad de síntomas aptos para arruinarnos la cena (muerte incluida, si comemos demasiada).
HONGOS SALVAJES: Todo lo que hay entre un dolor de cabeza y la muerte: eso puede provenir de la ingesta de hongos salvajes. Si bien consumir hongos recolectados en su ambiente natural es una gran tradición en varios países, el problema es que los venenosos son casi idénticos a los fatales. Dos variedades en particular –la Amanita phalloides, blanca y de sombrero amarillento, y la Amanita ocreata, similar a la gírgola—lucen engañosamente inofensivas. ¡Tenelas lejos de tu plato!
MANDIOCA: También llamada yuca, cassava o tapioca: popular en toda Sudamérica, tiene dos variedades, dulce y amarga; la dulce es inocua, la amarga no. Su raíz produce un jugo lechoso que contiene un glicósido cianogénico venenoso (cianuro, bah), conocido como linamarina. Para consumirse se somete a diversos procesos (se hierve, seca y muele) que eliminan el compuesto mortal. Si no se realizan, la posibilidad de ver crecer la mandioca desde abajo hay que tenerla muy en cuenta…
SANNAKJI: En otras (y más occidentales) palabras, pulpo vivo. Bueno, casi. Es un plato coreano consistente en pulpitos que se cortan –aún vivos- en trocitos y se sirven ipso facto, retorciéndose en el plato y condimentados con aceite y semillas de sésamo. El pulpo no es venenoso, pero el riesgo está en que las ventosas pueden adherirse a las mejillas o peor aún, a la garganta: cada año mueren seis personas por asfixia al comer este plato. El truco, según los expertos, consiste en masticarlo hasta cansarse y barrerlo con mucho líquido; si bien no parece un plato para comer estando sobrio, la ebriedad lo hace más peligroso.
ACKEE: Aquí tienen al ackee, una planta muy disfrutada en Jamaica (no la que se imaginan) desde que llegó de África en 1778. Pero atención: sólo se pueden comer las partes amarillas del interior (conocidas como arilli), plenas de proteínas y vitamina A; las porciones rojas y/o negras contienen las toxinas hipoglicina A y B: su ingestión provoca vómitos, un descenso fatal del azúcar en la sangre y posibles ataques, cuando no la muerte. Y no estamos mandando fruta.
RANA MUGIDORA: Existe una razón por la cual en distintas culturas de todo el mundo que aprecian las ranas -como en Francia- sólo se comen las ancas: el resto del cuerpo es un campo minado de toxinas. Pero en la africana Namibia, toda la rana mugidora (o Efuma, para los locales) se considera una delicadeza. Según los expertos, estos animales se vuelven seguros para comer después de la temporada de apareamiento, cuando la rana “muge” y los niveles de toxinas descienden sensiblemente. Si se come antes, puede ocasionar serios problemas en los riñones.