El sencillo secreto para una vida plena, feliz y con bienestar: La gratitud
La gratitud es una actitud que se cultiva desde la infancia, cuando aprendemos a decir “Gracias” por los regalos, favores, felicitaciones o los elogios que recibimos. Sin embargo, muchas veces damos las gracias por costumbre o por cortesía, sin sentir realmente lo que decimos. Esto puede hacer que perdamos de vista el valor de la gratitud como una forma de reconocer y apreciar todo lo bueno que tenemos en la vida, desde lo más grande hasta lo más pequeño. La gratitud no es un tema aburrido o repetitivo, sino una parte esencial de nuestra existencia. Aunque a veces nos enfrentamos a problemas o dificultades que nos hacen sentir desanimados o insatisfechos, siempre hay motivos para agradecer como la salud, la familia, los amigos, el atardecer, la comida, el hogar y muchas otras cosas o situaciones que pasamos por alto. La gratitud es un secreto simple pero poderoso para alcanzar la felicidad, la prosperidad, la salud, el amor, la paz, la abundancia y el bienestar personal.
La gratitud es una virtud muy potente, que nos permite valorar lo que tenemos y lo que somos, reconociendo el origen de todo lo bueno y maravilloso que nos rodea. No se trata de un simple agradecimiento verbal o formal, como un gesto automático o aprendido, esto va más allá, pues la verdadera gratitud es diferente, es la que nace o proviene del interior, es una profunda conexión con nuestra esencia y con el universo, es decir, no se puede sentir agradecimiento auténtico si antes no somos conscientes de la situación por la que sentimos gratificación. La gratitud nos hace conscientes de nuestra interdependencia con los demás y con la naturaleza, y nos motiva a compartir y a contribuir con el bien común. No es una emoción pasiva o efímera, sino una acción que implica devolver algo de lo hemos recibido, bien sea con palabras, gestos o hechos.
Aunque en muchas ocasiones no nos damos cuenta, la gratitud mejora la salud de varias maneras. Según algunos estudios, sentir gratitud activa el hipotálamo, una parte del cerebro que regula funciones importantes como el sueño, el apetito y la temperatura. Además, la gratitud aumenta la producción de dopamina, un neurotransmisor que nos hace sentir felices, satisfechos y motivados. Al mismo tiempo, reduce el cortisol, una hormona que se libera cuando estamos estresados y que puede dañarnos el organismo. Así, la gratitud nos ayuda a dormir mejor, a regular el metabolismo, fortalecer el sistema inmune, elevar el autoestima, a ver la vida con optimismo y disminuir las emociones negativas como la soledad y la tristeza.
Cómo lograr sentir verdadera gratitud
Para cultivar la verdadera gratitud, en primer lugar se debe dejar de lado las quejas y lamentos, eso no sirve de nada, solo empeora la situación. En lugar de enfocarnos en los nos falta o molesta, debemos ser conscientes y reconocer lo que tenemos en el presente y lo podemos hacer para mejorar nuestra situación. Las personas que manifiestan constantemente quejas, por lo general viven inmersas en amarguras. A veces, podemos sentir que no tenemos razones para agradecer, porque la vida nos ha golpeado fuerte y nos ha tratado mal, porque estamos pasando por una crisis económica o por algún emprendimiento o proyecto fallido. Sin embargo, incluso en las situaciones más difíciles y adversas, es posible expresar una gratitud auténtica y sincera, porque de estas experiencias también aprendemos. El secreto está en ser conscientes de todo lo que normalmente damos por sentado, aunque sea algo cotidiano, es decir, cuando asumimos que algo existe o permanece, por ejemplo, al irnos a dormir, podría ser nuestra última noche, o sea, que nuestra vida se acabe mientras dormimos. Muchas veces, al despertarnos por la mañana, no le damos valor al hecho de estar vivos, es decir, damos por hecho la vida.
Si nos hacemos conscientes que cada minuto de vida es un regalo y una maravillosa oportunidad de experimentar esta realidad, podemos sentir profunda gratitud por la vida y existencia. Cada día agradecer por haber despertado, por la familia y salud nuestra y los seres queridos, pueden llenarnos de felicidad y determinar la manera de vivir. Otro ejemplo común es a la hora de la comida, estar consciente de lo que significa tener ese plato en la mesa y entender la infinita cadena que hay detrás de este, de igual manera pasa con las pertenencias como: Ropa, calzado, casa, vehículo, etc. relaciones sociales amigos, familia por lo cual debemos estar consciente y sentir gratitud de tenerlos a nuestro lado, sin embargo, esto no tiene nada que ver, ni tampoco debe confundirse con apegos.
Conclusión: La auténtica gratitud desde el interior de nuestro ser
Comprender que los problemas y dificultades son parte del camino hacia el aprendizaje y la mejoría es esencial. Aunque no siempre sea sencillo, es posible conseguirlo una vez que somos conscientes de ello. Manifestar gratitud sincera y auténtica transforma todo aquello que nos parece sombrío y oscuro en una oportunidad para crecer, por ejemplo, si cuando nos sentimos deprimidos con solo pensar en dos cosas por las que la que estamos agradecidos, puede hacer que cambie drásticamente la visión de la vida y nos permite hallar una solución con más facilidad.