Vladimir Putin lleva más de veinte años al mando de la potencia más importante del mundo. Su sueño de restaurar el antiguo poderío de Rusia le han llevado a tratar de ampliar el territorio del país eslavo con las conquistas de aquellos territorios que formaban no ya parte de la URSS ya fenecida, sino del imperio ruso. Se dice que en su palacio del Kremlin tiene las estatuas de Catalina la Grande y otros héroes y zares de la madre Rusia. Es por eso que cada día necesita más someter a más naciones. Primero fue Crimea y otros lugares, pero ahora se ha fijado en Ucrania. Su excusa es la rebeldía y otras cuestiones como el nazismo y que está corrompida por los pecados de occidente. Parecía que iba a ganar como en Crimea y iba ser un desfile militar, pero Ucrania se le resiste y lo que es peor aun tiene ayuda de occidente. Esto empieza hacer mella en su ánimo, por que no solo es la guerra que se va alargando en el tiempo con las muertes de sus soldados, sino las sanciones económicas que se van ampliando y haciendo mella en su población. El trata de escudarse en los oligarcas que son sus amigos,pero aparte del covid, ¿Quién puede hacerle daños a Putin? Se dice que Putin teme a los espías. Otras consecuencia es el aislamiento. Se está aislando confiándose en hombres fuertes que son la élite militar y seguridad de Rusia, pero esto lo ha aprendido de la historia. Catalina la Grande cuando se hizo fuerte y dicen asesinó a su marido, para tomar el poder, se basó en la milicia porque el que tiene a su favor al ejército tiene el poder.
El problema de Putin está en sí mismo algunos dicen que se está volviendo inestable, los analistas y observadores y que el conflicto con Ucrania se le puede ir de las manos. Parece estar en un callejón sin salida. Ya no hay vuelta atrás. Y puede que el mismo pueblo se le levante o, el mismo ejército le derroque. El tiempo lo dirá. Putin es un dios con pies de barro.