Queda menos de un mes para el centenario del golpe de estado, que desmantelaría el sistema democrático vigente y marcaría el inicio de un período de dictadura en España. Esta acción política dejó una huella imborrable en la sociedad española, alterando el curso de la política, la economía y la cultura durante casi una década.
Golpe de 1923: La sombra de Primo de Rivera oscurece el presente
El 13 de septiembre de 1923 marca un punto de quiebre en la historia española, cuando el general Miguel Primo de Rivera dió un golpe de estado
El reinado de Alfonso XIII fue testigo de una España en constante agitación política y social. Con una monarquía debilitada y un sistema parlamentario fragmentado, el país se debatía entre fuerzas políticas dispares y a menudo en conflicto. La incapacidad de las élites para abordar los problemas socioeconómicos y las tensiones regionales creó un caldo de cultivo propicio para la intervención militar.
El 13 de septiembre de 1923, Primo de Rivera, respaldado por sectores militares y apoyado por una parte de la sociedad desencantada, protagonizó un golpe de estado exitoso que derrocó al gobierno de Manuel García Prieto del Partido Liberal o Partido Liberal-Fusionista. Argumentando la necesidad de restaurar el orden y la estabilidad, el general tomó el control del país y estableció una dictadura militar poniendo fin a la Restauración que duró entre 1881 y 1923.
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Durante su mandato, Primo de Rivera intentó reformar y modernizar la administración pública y la economía. Sin embargo, sus políticas autoritarias y su limitado apoyo popular generaron tensiones y descontento. A pesar de sus esfuerzos, la dictadura no logró resolver los problemas fundamentales de la nación y se volvió cada vez más aislada.
Fin de la dictadura de Primo de Rivera y su legado
En enero de 1930, ante la creciente presión interna y externa, Primo de Rivera renunció. Su dictadura había dejado un país dividido y una economía debilitada
Aunque breve, su régimen estableció un precedente para futuras intervenciones militares y puso de manifiesto la fragilidad de las instituciones democráticas en España. El golpe de estado de Primo de Rivera en 1923 dejó una marca indeleble en la historia española. Fue un episodio que marcó el inicio de una década turbulenta, preparando el terreno para acontecimientos posteriores, como la proclamación de la Segunda República en 1931 y, finalmente, la Guerra Civil Española en 1936. Su impacto perdura como un recordatorio de los peligros de la intervención militar en los asuntos políticos y la importancia de la estabilidad institucional en una sociedad.