Año tras año, los índices de mortalidad debido a los padecimientos de la depresión lamentablemente van en aumento. Se ve en los medios de comunicación las noticias en que jóvenes promesas, deportistas, artistas, amas de casa, personas comunes; decidieron dejar de existir. Por más duro que parezca leer estas palabras, es una realidad que está afectando a muchas familias en todo el mundo. Y la mayoría de familiares a quienes les preguntan, dicen simplemente que esa persona estaba bien, normal y que no saben por qué sucedió esta tragedia.
Debemos primeramente entender qué es la depresión. La depresión clínica es una enfermedad grave y generalizada que afecta tanto física como mentalmente la forma en que nos sentimos y pensamos. La depresión puede hacer que deseemos alejarnos de la familia, los amigos, el trabajo y la escuela. También puede causar ansiedad, insomnio, pérdida de apetito y falta de interés o disfrute en diversas actividades. Algunas personas entran en depresión clínica cuando experimentan un evento emocional de la vida, como cuando perdemos un trabajo o terminamos una relación romántica importante.
¿Cómo diferenciar Depresión de Tristeza?
La depresión clínica no es solo ansiedad, es tristeza o tristeza constante nos hace sentir inútiles y sin esperanza; A veces podemos querer darnos por vencidos. La depresión clínica conduce a la pérdida del placer en la vida diaria, estrés en el trabajo y las relaciones, empeoramiento de las condiciones médicas y puede conducir al suicidio.
Como familiares debemos estar pendientes ante posibles alertas que indiquen que realmente se trata de depresión.
- Pérdida de interés o placer en la mayoría o todas las actividades habituales, como sexo, pasatiempos o deportes.
- Sentirse triste, vacío o sin esperanza.
- Sentimiento de inutilidad o culpa, centrándose en fracasos pasados o autoculpándose.
- Pérdida de apetito y pérdida de peso, o antojos y aumento de peso.
- Sañas de ira, irritabilidad o frustración, incluso por asuntos triviales.
- Problemas para dormir, como insomnio o dormir por períodos prolongados.
- Cansado y sin energía, incluso los trabajos pequeños necesitan más esfuerzo.
- Lento en el pensamiento, el habla y los movimientos corporales.
- Dificultad para pensar, concentrarse, tomar decisiones y recordar cosas.
- Pensamientos recurrentes de muerte, pensamientos suicidas, intentos de suicidio o suicidio.
El interés demostrado hacia la persona deprimida, conlleva a que ésta se abra más en sus sentimientos y decida verbalizar sus síntomas.
Es imperativo que cuando se sospeche de que realmente el familiar está sufriendo depresión, acudir lo antes posible al psiquiatra. Una vez allí, el médico realizará el diagnóstico definitivo que lleve a la recuperación de enfermo.
Tratamientos para la Depresión.
Para tratar la depresión, existen dos opciones principales:
- Psicoterapia para la depresión.
- Antidepresivos
La capacidad de cada uno de estos tratamientos depende del tipo y la gravedad de la depresión. La depresión leve se puede tratar con psicoterapia, mientras que la depresión mayor se puede tratar mejor con medicamentos. Una vez que se ha diagnosticado la depresión y se ha evaluado su gravedad, se debe considerar la disponibilidad de tratamientos. También se deben considerar las preferencias del paciente. Para que el paciente participe en sus propias decisiones de tratamiento, es deber del especialista informarle cuidadosamente. Los pacientes deben conocer los posibles tratamientos, los posibles beneficios y riesgos, la duración, el tiempo de recuperación, el costo, el esfuerzo individual, los efectos secundarios y la eficacia. Con toda esta información a mano, con el apoyo de la familia y con la ayuda del terapeuta, el paciente podrá elegir entre los diferentes tratamientos disponibles.
Si sabes de un amigo, familiar o conocido que está en peligro de suicidarse o ha intentado hacerlo, llama al 911 o al número local de emergencias de inmediato. Intenta comunicarte con personas cercanas al paciente y actúen de inmediato.