Voy a llamarlos los amigos perdidos. Si tanto a ti como a esa persona no les interesa saber nada del otro, perfecto, podría decirse que la reflexión se acaba aquí. Ya no tiene sentido pensar en esa persona como un "amigo", al menos no en la actualidad. Pero si no es así, entonces vienen otros pensamientos.
Tengo muy claro qué personas me gustaría que siguieran presentes en mi vida y no lo están, ya sea porque nos alejamos debido a discusiones o simplemente por falta de comunicación. Personas que en algún momento fueron parte del centro de mi vida, grandes amigos o incluso más que eso, con quienes compartí muchísimos y hermosos momentos. Pero dejamos enfriar la relación, se congeló y creo que murió.
Los amigos y su presencia en nuestra vida
Y cuando digo "presentes en mi vida" no me refiero necesariamente a ser los súper amigos o los confidentes. No. Podría ser algo tan sencillo como poder mantener una conversación por chat, una llamada, o un correo electrónico.
Pero es un poco triste cuando ni eso es posible y uno de manera frecuente desea poder saber qué ha sido de sus amigos pero no puede. Además, si uno considera que tuvo gran parte de la culpa en haber lastimado la relación, el dolor crece un poquito más.
¿Qué pensamientos generan esos "amigos perdidos"? ¿Qúe causan en nuestra mente?
Entonces llegan pensamientos como: para qué sigo insistiendo si ellos ya han demostrado no querer saber nada de mí (y además están en todo el derecho, como lo está cualquier persona de alejarse de otra); o creo que incluso si les dijera que no debí haberme comportado de esa manera, no les importaría y seguirían sin interesarse por saber nada de mí.
Me convenzo temporalmente de esto, mato el interés por saber algo acerca de ellos, pero luego de un tiempo los pensamientos vuelven y el interés renace. Por otro lado, a veces la comunicación se reactiva y el interés es mutuo, lo cual también me ha sucedido y me ha alegrado enormemente. Salir a tomar algo, charlar, recordar momentos, saber acerca de personas en común.
Pero entonces también me encuentro con pequeñas espinitas que me recuerdan que estuvimos alejados por un tiempo y que seguramente me perdí de eventos importantes para esa persona, eventos de los cuales me hubiera gustado ser parte para tener más recuerdos en común. Memorias que esas personas sí tienen con otros, que posiblemente también están con nosotros allí en la reunión, y con quienes hablan animadamente recordando las anécdotas que les sucedieron cuando yo no estaba presente en sus vidas.