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Los peones de la guerra

Los peones de la guerra

Tenemos el deber individual de formarnos y buscar más allá; de no conformarnos con amar o identificarnos con cosas tan absurdamente creadas e impuestas para hacernos sentir parte de algo, cuando ya por sí solos podemos ser todo, no somos peones de guerras.

📣 Opinión 31/03/2022
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@Annita123

     

Los Peones de la Guerra.

     Durante años, y a lo largo en la historia de la humanidad las guerras han dejado plasmada una marca profunda en quienes las han padecido, generado cicatrices, odios infundados, bases sociales y hasta sistemas de creencias en muchas de las culturas presentes e instauradas del hoy, llevándolas incluso a estar distribuidas y divididas como lo están, en pocas palabras han generado sin dudas un antes y un después en la formación del mundo actual y sus sociedades, en su manera de creer, pensar y hacer vida.      Podría citar varios de estos conflictos, pero la realidad es que no es un escrito hecho con el fin de manifestar y contar acontecimientos históricos, y siendo honestos automáticamente abandonarías este artículo, ¿por qué?, muy simple, porque nos aburren las historias largas, pasadas, complejas, y sobre todo las que creemos en nuestra burbuja mental o social que no nos afectan directamente sino no estamos en el lugar del conflicto ¿o me equivoco?; Y ciertamente tampoco es mi objetivo. Sin embargo y de forma paradójica quien no conoce y aprende de la historia está obligado a repetirla.      A sabiendas de esto sólo te invito y recomendaría que después de mis líneas, y de digerir este artículo, que es mi humilde visión de uno de los tantos usos que nos dan, que si deseas conocer como comenzaron, terminaron y el resultado de muchas de ellas (incluyendo el conflicto actual Ucrania-Rusia) no te quedes nunca con la inquietud por saber, y por el contrario indagues por tus propios medios y analices todos los ángulos de las narrativas, recopilaciones y registros de lo ocurrido ya que tendrás muchísima información en cada rincón del Internet, y sólo así podrás obtener una visión objetiva de lo que buscas saber en este tema y cualquier otro; a fin de cuentas eso es lo que sólo se creé que interesa, que solo denotes la superficie de las cosas, que más que analizar a profundidad, que lo que sepas de las guerras se limite a quién ganó, cuanto o qué se ganó, a quién pertenece que, y por su puesto a que termines parcializándote por alguno de los dos "bandos" como si se tratase de una partida de ajedrez donde se pierden piezas y no vidas.

     Sin embargo, considero más relevante que discutamos sobre un punto de vista que es muy simple y parece pasar desapercibido, ¿qué papel podemos estar jugando en esto? ¿Hasta dónde somos sólo espectadores, víctimas o colaboradores? el como tú y el resto de quienes conformamos las sociedades que hacen vida en cada país del mundo sin saberlo somos formados para ser un peón de la guerra, y la verdadera fuerza que puede consolidar la ejecución o fin a muchas ellas.      Los orígenes e intereses que forman las guerras, creo que la amplia mayoría coincidimos y tenemos muy claro que no es más el afán de algunos por tener más y más poder, se trata de dominio absoluto, y esto aunque pueda parecer un fin vago y narcisista es bastante más profundo y peligroso, ya que a su vez el poder se traduce en dinero, manipulación y una insaciable y creciente necesidad de control, pero te has detenido a pensar, ¿Cómo un sólo hombre con este afán, con este pensamiento o en algunos casos un grupo minúsculo con esa misma sed de poder puede llegar ejecutar algo tan grande? Pues bien, todo es gracias a la cosificación y formación que han establecido en cada uno de nosotros.      Ese dominio del que te hablo antes de pretender ser expandido a un territorio empieza a ser generado en las mentes y vidas de las personas, y quienes tienen estas intenciones lo saben perfectamente. Por eso naces en un territorio determinado que conoces y grabas en tu ser como tu país, tu nación, tu suelo, el cual se te enseña a amar desde pequeño y sentirte dueño de él, (sólo sentirte, ya que nunca lo llegarás a ser), una cultura a la que se te enseña a defender como la mejor del mundo, e incluso a desarrollar intransigencia en algunos casos por quienes no la comparten como propia, un montón de símbolos y estructuras sociales, todo esto con el fin de forjar en ti y tu mentalidad dos factores de peso y de fraternidad con el resto, como lo son la idiosincrasia y sentido de pertenencia que terminan siendo ese común denominador con el resto de personas que cohabitan contigo y que terminará por ser un factor necesario e indispensable para los fines de quienes manejan dicho poder, será el combustible perfecto para poner en marcha el motor de cualquier guerra.      Puesto en palabras más simples, y con una ejemplificación más práctica y cotidiana para digerir, siempre en tu círculo de afectos te será más satisfactorio identificarte y compartir tus sentimientos y vida a nivel de amistad, familia, pareja o negocios con personas que tienen tus mismas metas, gustos, valores y visión de la vida que tú, no solo por un tema instintivo y biológico de supervivencia que genera que nuestro comportamiento de manada nos impulse a ello, sino que incluso siendo una persona racional, formada e inteligente ésta selectividad en la vida te permite sentirte más cómodo y desarrollarte de forma más efectiva y productiva, brindándote una mayor gestión e impulso para lograr ser tu mejor versión ya que generas lazos afectivos más sólidos, confiables y seguros, pues bien, esto mismo pasa y de forma casi imperceptible en cada país del mundo, donde te formas de acuerdo a sus culturas y nacionalidades, sólo que en este caso no es tu elección, gustos y raciocinio quienes eligen, sino que te es impuesto por nacimiento, a través de la crianza, costumbres, la información generacional y demográfica sin que siquiera puedas escoger.      Ahora aplicando esto al tema y en pocas palabras, esta formación cultural y nacionalismo es una de las tantas formas de mantener en consonancia a millones de personas, para que puedan coexistir y hacer funcionar un país bajo los intereses de sus gobernantes, creando un clima de armonía y un vínculo sólido, algo lo suficientemente fuerte que pueda hacer que se identifiquen los unos con los otros, que los iguale y sea su común denominador.      Ese lazo inquebrantable que sin importar las diferencias más marcadas de sus crianzas individuales los haga identificarse entre sí e ir en una misma dirección, amar e incluso defender hasta con sus vidas dicho bien común, y esto no es más que ese suelo (que te hacen sentir tuyo) con fronteras auto proclamadas en el que te tocó nacer, crecer, desarrollarte, y que a medida que te estableces y aportas a su crecimiento se va convirtiendo no solo en tu país, tu nacionalidad, sino que termina formando parte de ti, tus hábitos diarios, manejo y estilo de vida, en pocas palabras en tu zona de confort.      Pues bien, para esto se han creado a lo largo de la historia, un sin fin de territorios y sus respectivas nacionalidades, cada uno de sus formadores, emperadores y mandatarios han tenido este precepto claro, el lazo afectivo común es lo único que hará que des todo y defiendas algo que sientes como tuyo y con lo cual te sientas tan reflejado y parte de tu ser como para percibir también y que si alguien lo desea, amenaza es un ataque directo no sólo hacia ti sino hacia tu lugar seguro y lo que amas, y esta damas y caballeros es la posibilidad más segura de llevar a cabo una guerra, sin quienes lucharlas, sin quienes levanten un arma, sin quienes pongan el cuerpo al frente como un peón listo para defender "lo suyo" jamás podrían llevarse a cabo, por más genios macabros que va dejando en los libros plasmada la historia, por más razones que se crean de peso para llevarlas a cabo, por más fuerza que se demuestre poseer, no es el número de armas, equipos tácticos, arsenal, o tecnología nuclear el brazo ejecutor, incluso no lo son las mentes criminales más despiadadas que la gestan y la buscan llevar a cabo quienes lo ejecutan, ellos sólo son la mente gestora de la idea, la pieza con más peso que cree valer más, pero que a su vez necesita del resto porque es la pieza que evitará dar menos movimientos, quien necesita enviarte al frente para ganar la partida, y no estar en medio se ella en jaque.

     Entonces ahora piénsalo el armamento por si sólo y bajo una orden no causa daños, no genera destrucción, son los peones de la guerra los que pueden decidir acatar, dar el paso y sus vidas por proteger al rey o la reina y hacerlos ganar o perder la partida.  Como idea puntual y de apertura mental, considero que tenemos el deber individual de formarnos y buscar más allá de no conformarnos con amar o identificarnos con cosas tan absurdamente creadas para hacernos sentir parte se algo, cuando ya somos algo y no lo determina el suelo, las condiciones o la cultura donde nacemos, sino nuestra formación  individual, nuestras ideas, cosas que realmente nos sumen, aporten, e impulsen a ver más allá de la caja, todos tenemos la capacidad de expandir nuestras mentes, llevarlas a un desarrollo superior que al sólo buscar encajar con la mayoría, para sentirnos aparentemente seguros, cómodos y a gusto, de no ser piezas y brazos ejecutores de guerras sino de nuestras propias vidas, luchas, pasiones y metas, que a fin de cuenta es realmente lo único que de verdad nos pertenece, todos tenemos la capacidad para que nuestra mayor arma sea el conocimiento, la libertad de decisión y el deber de no ser más el peón, y de ni siquiera ser una pieza en las partidas de otros, sino de ser el jugador y ejecutor de nuestro propio destino.

Conversación

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