Según un estudio reciente realizado por científicos los perros son capaces de detectar a las malas personas según una serie de indicadores que se nos escapan a los humanos, como por ejemplo la actitud corporal, el tono de voz o incluso su reacción hacia ellos o sus dueños. Algo que no debería sorprendernos porque ellos que no pueden hablar deben guiarse por otros sentidos que nosotros no tenemos tan desarrollados. Se han hecho experimentos con personas que tenían perro y pedían ayuda a un extraño y se observó que el comportamiento del extraño influía en la actitud del can. El que había ayudado al dueño, le era más simpático al animal mientras que el que no había hecho caso a su amo le era indiferente y el que le había tratado mal a su dueño o a él le mostraba un actitud agresiva. Igual ocurre con las mentiras, se le puede engañar una vez al perro, pero él registra la mentira y ya no se fiará del mentiroso. ¿Curioso no? Ellos también odian la mentira porque la identifican con el mal.
Además su capacidad cognoscitiva es la semejante a un niño de dos años y tiene la memoria suficiente para acordarse de la actitud de un humano para con ellos aunque haya pasado mucho tiempo.
En conclusión los perros como los humanos desean a una persona que sea generosa y amable y eso significa que la bondad gana a todas las demás cualidades.