Madrugada am es uno de mis primeros poemas, este escrito es muy especial para mi persona ya que con el mismo obtuve el primer premio del Concurso Literario del Departamento de Cultura de la Universidad Central de Venezuela, Facultad de Agronomía en el año 2006.
Con esta obra quise hacer una reseña de esas noches largas en donde se interpreta a los silencios interrumpidos por ondas sonoras de estrellas, lenguaje inexplicable de los horizontes bañados de recuerdos durante la madrugada.
Por ello dedico este poema para todas aquellas personas que interpretan a las horas fugaces que capturan a las miradas perdidas en emociones, esas que van a parar en algún lugar infinito del tiempo.
A pesar de los años y de la cotidianidad, siempre regresaremos a esas madrugadas llenas de ladridos de perros en la lejanía, ecos de la brisa bordeando a los montes en las montañas y que en la mañana trae al roció cristalino purpura del alba.
Egidio Romano Dorante. Canoabo, Venezuela.
MADRUGADA AM
Despierto avance en la noche y
en el tiempo,
El silencio me abriga envuelto entre mágicas luces de estrellas,
Madrugada apacible y serena.
Será que existe el silencio absoluto? de ser así como saberlo,
como oírlo o es no hacerlo lo que delata su
existencia.
De repente me acompaña un zumbido pero no es de los grillos del jardín,
Lo origina mi mente? o tan solo es el lamento de la
noche por aquellos que duermen y nunca han conocido que su manto se expande aún más allá de las barreras de los sueños y de las 2 am.
Observo como la fría brisa hace bailar a las hojas al son de una tenue luz de luna,
Luego decido buscar mi radio vieja, hace mucho tiempo que no le
doy uso, solo en am es su frecuencia, con mucha nostalgia limpie su caja polvorienta.
Al encenderle irrumpe el ruido y el zumbido
desaparece,
Sintonizo una estación es la más fuerte al poco tiempo esta se desvanece para dar paso a otras de extrañas lenguas.
La señal es como un vaivén de miles de olas o ráfagas de viento
abren fuertes pero por poco tiempo,
Con paciencia logro captar a la sinfonía más prolongada, ya no hay zumbido ni silencio, tan solo yo y mi almohada.
Una inquietud, será que mi mente funciona como esa radio?
Vieja es la canción te transporta a esa ocasión, mis manos dibujan un reloj,
Desesperado busco un trago, perplejo de cuenta me he dado, que mis recuerdos muy lejos habían volado, hoy están de vuelta como una tenue silueta.
El hecho me descifró; de que si existe el silencio
absoluto.
Pues era un silencio que navegaba por mares profundos de misterios cual mirada de gárgolas a lo alto de catedrales, horizontes de reflejos púrpuras.
Noche que ahora contemplo,
mente que hoy enciendo,
caminos de luces que en ella vibran por dentro,
no tuve que esperar mucho, pues ya descifré el motivo de tu lamento,
no eras tu noche lo que mi mente había olvidado,
ni el murmullo errante de las luces de estrellas,
ni las pocas pero largas horas que el amanecer lentamente espera.
No. No era la radio polvorienta que aguardaba en la vitrina,
tu noche en esta madrugada apacible serena divina, me has demostrado lo que tan solo había olvidado,
y era mi Vida..
Imagen de Nacary Elias. 2022