Lamentablemente siempre hay quien tima y quien es timado. La avaricia rompe el saco dice un refrán y no hay persona en el mundo por poco avarienta que sea, que no haya mirado la noticia sobre el gran valor de ciertas pesetas de Franco y otras monedas de nuestros abuelos como aquellos euros tan raros de encontrar. El amor al dinero es la causa de muchos males lo dice la Biblia, y el avaricioso nunca tiene bastante. Con referencia al refrán antes indicado recordemos que aquel hombre que tenía una gallina que ponía huevos de oro, uno por día, acabó matándola para descubrir su secreto y ganar mucho más rápido. Igual ocurre con el juego. Pero volvamos a las monedas. La noticia sobre el valor de ciertas monedas se difundió como la pólvora y de repente empezaron a aflorar monedas por todas partes que habían sido guardadas en las casas algunas por generaciones y solo eran un recuerdo. Todos tenemos algunas, es lógico por que al ser monedas son calderilla que se dejan muchas veces abandonada. No hablo de las de oro y plata ya que estas es natural que valgan por el metal con el que están hechas, siempre valdrán. Igual que los euros que son de uso corriente. Pero ¿qué ocurre con aquellas que se decía que valían tanto? me refiero por ejemplo a la famosa peseta de Franco. Según los entendidos sólo valen dos, la de 1946 que es muy difícil de encontrar y la de cinco pesetas de 1949 y tampoco te van a dar millones. Ahora eso sí, las buscas en internet y te prometen hasta 20.000 euros. De otras decían que valían hasta 400 euros como las monedas de cien o veinticinco pesetas. Y yo me pregunto ¿de verdad la gente es tan crédula? Pues sí, en eso y en otras cosas no hemos cambiado nada. Ya lo dijo Salomón que no hay nada nuevo bajo el sol. Por que si esto fuera así todos seriamos millonarios. Pero ahora hablando con más propiedad algunos numismáticos serios han dicho que esa pesetas no valen nada porque son muy comunes y recientes. Cuanto más oferta menos demanda, la ley del mercado. Nadie quiere lo que abunda. Por eso valen: el oro, los diamantes y el paladio. Además suponiendo que tuviéramos una moneda valiosa, tendríamos que cumplir unas condiciones, una de ellas que estuviera bien conservada por ejemplo.
Las monedas valen siempre su valor histórico y de curso legal si son actuales, las de oro y plata su valor en metal y en cuanto a las otras hay que consultarlo siempre con un experto en la materia que sea serio y no te den gato por liebre.