Es bien sabido que existe el cáncer de mama, sin embargo, no se reconoce su impacto más allá de: “tengo una tía que lo sufrió”.
Las estrategias de prevención se quedan cortas una vez se acerca el 19 de octubre para organizar marchas, eslóganes y charlas acerca del autoexamen mamario y campañas de tamización; el cáncer de mama es tan silente como nuestro conocimiento acerca de él.
Las estadísticas mundiales reportan que aproximadamente una de cada 8 mujeres padecerá Cáncer de seno, y las cifras acerca de mortalidad son alarmantes; el cáncer de mama es la primera causa de muerte en mujeres en todo el mundo.
Internet ofrece todo tipo de información acerca de signos de alarma y síntomas para consultar al médico, está atestado de imágenes representativas de pechos con anormalidades, existen videos de testimonios de sobrevivientes y víctimas de este mal, la ceguera selectiva no puede ser un agravante del mismo.
A pocos días de terminar octubre, hago introspección acerca de cuantas veces me he auto examinado y reconocido si es normal o anormal lo que palpo, y debo aceptar que, como todo en la vida, la experiencia hace al maestro, cada vez que toco mis senos conozco más acerca de ellos, confirmo lo que antes asumía que estaba ahí, se dónde empiezan mis conductos galactóforos y reconozco cuando empiezan a doler antes de mi periodo menstrual. El cáncer no es un juego y aparece de manera tan repentina que a la más mínima noción de anormalidad se debería acudir al médico para consultar.
Las campañas que se han otorgado a días específicos tienen la misión de recordarnos anualmente, como en nuestro cumpleaños, la existencia de algo, sin embargo, debe vivir en nuestra memoria colectiva la presencia de este mal que asecha y para el que todo intento de cura contiene secuelas graves.
Señoras: madres, abuelas y señoritas, y señores también; existen herramientas sencillas para hacer la guerra a una patología con desenlaces tan catastróficos como lo es el cáncer de seno, no es tarea solo de octubre recordárnoslo, es tarea de cada uno de nosotros palpar y conocer nuestros pechos.
Gracias octubre rosa por recordarnos la importancia de contribuir con pequeños detalles a nuestra salud.