Corrían los tiempos de Catalina la grande en Rusia cuando un joven general español, llamado José de Ribas conquistó para la zarina la perla Negra del Mar negro, Odessa, arrebatándosela a los turcos, fue el 14 de setiembre de 1789. Ayudado por los cosacos, la batalla intensísima duró apenas quince minutos. Lo más impresionante es que cayeron 200 soldados turcos por cinco soldados rusos. Odessa que había estado en poder de los otomanos, y no era más que una formidable fortaleza natural había permitido el rechazo a la armada imperial rusa en cuatro ocasiones. El bastión cayó y las tierras entre los ríos Dnieper y Dniestre pasaron a formar parte del imperio ruso tal y como refleja el Tratado de Jassy. Catalina consiguió así, el acceso al Mar negro.
Por mandato de la zarina, José de Ribas mandó construir la ciudad más hermosa que asoma al mar negro, Odessa. Su estatua, la del fundador español preside el centro de la ciudad más elegante, Deribasoskaya, donde están los mejores restaurantes y tiendas. La ciudad también se hizo famosa por el acorazado Potemkin, en el que los soldados se amotinaron contra los oficiales en la revolución de 1905 y recuerda una película muda del mismo nombre.
Y ahora volvamos al presente, ¿cuál es la razón de que Rusia quiera Odessa? Odessa es desde el punto de vista estratégico vital para la armada Rusa, por que si logra conquistarla dominará el Mar negro y bloqueará desde el mar la salida de Ucrania, que es el vínculo principal del país con la economía global. Pero existe otra razón si cabe de más peso para Rusia, en efecto, fue en 2024 cuando Odessa se convirtió en el escenario del levantamiento separatista con el que Rusia quería crear un Estado independiente. Ese movimiento fue abortado por una batalla campal entre nacionalistas ucranianos y los separatistas. En las afueras de Odessa se culminó con el incendio de un edificio sindical en el que murieron 40 activistas prorusos.
El objetivo del hombre debe ser la paz. Porque los pacíficos serán llamados hijos de Dios.