JARABE DE LETRAS
Por J. Rodríguez
¿OVNIs en Venezuela?
En el año 1978 se realizó el Primer Congreso de Ufología en la ciudad de Caracas-Venezuela, contaba yo con apenas seis años de edad. Unos cuatro años después (1982) mientras visitaba a mis tíos en el municipio Guacara, al este del estado Carabobo, observamos un objeto brillante, un Ovni que resplandecía en luces de varios colores y parecía estar girando. Todos los vecinos de la localidad salieron a la calle y pudimos verlo por alrededor de un par de minutos. Los adultos buscaron mil y una posibilidades para explicar la naturaleza de ese objeto, que parecía comportarse de manera muy distinta a las que solemos apreciar en las aeronaves convencionales.
Al día siguiente en la prensa regional se destacaba en los titulares “OVNI sobrevuela Carabobo”. Fue un hecho que causó cierta conmoción entre los incrédulos adultos y los infantes que éramos más abiertos para maravillarnos ante lo desconocido. Ya para el año 1990 estaba completamente embelesado con estos temas y, para mi suerte, era mucho el material de estudio que caía en mis manos, tomando en cuenta que en esa época no contaba con la potente herramienta que es hoy en día el internet. Había caído en mis manos una revista que resumía los temas tratados en ese congreso, y que destacaba la visita de Uri Geller, hombre que causó una fuerte impresión en toda América cuando mostró lo que según él eran poderes psíquicos (este será tema para otro artículo).
Desde que tengo memoria he estado ateto a la percepción de estos fenómenos que, aunque reales, están cubiertos de un manto de misterio. Este afán hacia este tipo de temáticas ha generado que tenga yo cierto magnetismo para estar en el lugar y en el momento indicados. Dos de las observaciones más impactantes las tuve en los años 1989 y 1999 respectivamente, ambos en el mes de diciembre. En la primera me encontraba con dos amigos en el municipio Bejuma, auscultando el cielo. En un momento un cuerpo esférico de color verdoso fluorescente atravesaba el firmamento de norte a sur. De pronto, se fraccionó entres partes, la visión duró unos treinta segundos. En el segundo de los casos, me encontraba solo y de regreso a casa a eso de las 10 de la noche. Una luz apareció en el cielo nocturno y de pronto creció como una gran explosión. Seguidamente se redujo su tamaño y salió disparado a gran velocidad en dirección sureste. La impresión fue tan grande que llegué a mi casa aun con lágrimas en los ojos. Puede que existan otras explicaciones para los fenómenos que describo, pero ¿acaso no es también una explicación posible la premisa de que no estamos solos en el universo?
