REENCONTRANDO EL CAMINO DE LAS LETRAS EN LA MEMORIA LATINOAMERICANA
PARTE 1 MEMORIA
Desde las primeras narraciones históricas que datan de los ancestros, donde el cielo y las estrellas articulaban con la tierra de manera natural, hasta nuestra manera de ver y leer las letras que se plasman en la red y los libros impresos; siempre un recuerdo queda. Las primeras narraciones con las que se formó la cultura escrita en nuestros países latinoamericanos nacieron de las controversias sociales, culturales, políticas y bélicas que existieron al pasar los siglos y como la composición desde los trazos hasta las letras y cantos ancestrales, dejaron memoria histórica en cada País. En el caso de Colombia las narraciones poéticas se fijaron por partes, por estilos y por acontecimientos que marcaron cada fase del proceso literario. Podríamos indicar que la cosmogonía de la poesía es una oda al encanto de la realidad, contada desde el otro lado, donde solo crecen momentos de esperanza o frustración. Siendo estos escritos parte de la misma memoria que ha renacido para dar lugar al nuevo mundo.
PRIMERA HISTORIA DE LA POESÍA
Han sacado muchos datos de cuando comienza y cuando termina el camino poético en Colombia, Juan G. Cobo Borda nos ilustro un panorama de la poesía en Colombia desde 1880 hasta 1995 en el libro "Historia portátil del a poesía en Colombia", siendo una gran manera de recorrer el mundo poético en nuestro País, sin embargo, solo después del Bom de cambio de siglo se incrementó el reflejo de los autores que se involucraron en el recorrido poético con mayor fuerza. Pero definitivamente solo hasta después del 2020, el año del cambio, la poesía al igual que todo el arte, logro un incremento igual o superior al que tuvo la última mitad de siglo 20. Es decir que mientras en 50 años, muchos avanzaron con la literatura y se formaban nuevos talentos y se descubrían nivel mundial, en 2020 a 2022, una explosión de autores arrasó entre like ´s por la web, en redes sociales como Instagram o Facebook, dejando más autores que eran desconocidos y que si intentaremos leer no lo podríamos hacer en un solo año, si bien muchos han incubado en la poesía una nueva manera de explorar las emociones, también quieren dejar una nueva memoria que aporte a la cultura tradicional y costumbrista.
Esto es sencillamente el reconocimiento a un entendimiento donde las letras que se ocultaban en los espacios de aquellos autores desconocidos renacieron sin miedo para dar fuerza al talento y creatividad. No hablo solo de la poesía, también del reencuentro por las culturas y sus tradiciones. Muchos países se unieron sin medir distancias y la interacción que antes se podía tener con ciertas restricciones o temores; ya cambio. El ámbito en el que se forman los textos escritos no solo de poesía, sino del arte en general, dan una posición que refiere una mejora al monumento literario que transfiere nuevos conocimientos a una población que aún desconoce el mundo antiguo. Si bien Colombia tuvo varios momentos en la escritura y en la poesía, los cuáles veremos más adelante y en los que se pretende identificar los momentos cruciales de un siglo. También es importante aclarar que la memoria a la que nos referimos, esta unida a los vacíos que se adhieren constantemente al yugo de nuestras raíces. En otras palabras, entender que las actitudes con las que vivimos actualmente van de la mano a su pasado, presente e indiscutiblemente arrancarán la historia para un nuevo futuro, con el olvido de dónde venimos.
Ahora bien, la remembranza histórica a la que quiero llegar, está basada en el hecho que las letras solo están puestas para ser tomadas con la intensidad que se les quiera dar, como lo dije antes, lo que se plasma en el recorrido de la historia de la literatura, es lo que se marca por los hechos que los acogen, primero la danza y cantos de los ancestros, segundo, los dibujos y trazos marcados en piedra, tercero, las narraciones y primeros escritos, cuarto, la palabra escrita de las historias vividas. Si bien la poesía es el marco con el que intento mencionar los avances de nuevos autores y su memoria autóctona, también quien resaltar que el fruto de este proceso de los últimos 5 siglos, al menos para Latinoamérica, han llevado a crear y cocrear, nuevas culturas positivas para las tradiciones que intentamos revivir. Las nuevas culturas formada por Milenialls, han traído avances de liberación, lo cual no esta mal desde el punto de vista de liberación que vive el mundo, sin embargo, el existir en un mundo sin memoria ancestral y más sin una enseñanza de como nacieron las letras en nuestros países, es lo que deja los vacíos más grandes para que avancen a un mundo que busca liberarse y hasta olvidar. Negándome un poco a creer que podemos olvidar en otros 50 años, cosas tan bellas como la poesía o la literatura en general.
En este orden deben agregarse también los hechos escritos que dieron en los subgéneros una puesta de creatividad futurista y hasta imposible de creer según el tiempo en que se conciba. Algunos textos han intentado recobrar las reminiscencias del pasado en las letras, pero muchos solo la han olvidado, porque sencillamente, nunca las escucharon; parte fundamental de la educación actual. Un desfase de cultura y memoria histórica, que no se trasmite como en la antigüedad, esto genera un quiebre en las raíces de los jovenes, que desconocen el pasado y solo creen en lo que ven ante sus ojos. Si en la educación se borra ese capítulo de recordar nuestro legado, entonces ya no tendremos semillas que recoger con base a un nuevo mundo, solo obtendremos un mundo con vacíos, no solo literarios o faltos de poesía como lo he dicho; si no un hueco en la manera como existimos. Quizás para muchos esto solo es parte del presente y no ponemos un alto para sensibilizarnos con el pasado, pero a este ritmo, Latinoamérica, no tendra una memoria en sus letras; solo habrá momentos que hablen del presente y de la manera como se vive este instante.
En esta primera parte del camino de las letras, quiero dar un esbozo de aquello que desconocemos como realidad, ante la memoria de nuestras raíces y el nacimiento de la cultura, de la intensión de sentirnos parte de cada país, parte de una sociedad que se combina con diversidad y que va olvidando el paso de los años donde un día nacieron las letras peregrinas. la historia, la cultura y el arte, son un patrimonio que se crea para dar identidad y proteger la ancestralidad, pero entre más alejada este la educación de estos recuerdos es más probable que se pierda dicha identidad de nuestro futuro; dejando solo vacíos y olvidos permitidos. Si entendemos la poesía como uno de los muchos momentos en los que se puede interactuar con el recorrer histórico, quizás existirán mas autores que quieran hablarnos de los ecos dormidos que aquejaron nuestra historia y no vagarán en vano, con letras perdidas sin un fundamento. Claro que con esto no pretendo decir que la poesía actual no esta bien escrita; ya que en cada momento de la vida hay un importante mensaje dado. Solo índico que debe mantenerse un hilo que en alguno de los autores contemporáneos, nos acerque al pasado y nos haga tener una memoria histórica de nuestro lugar en la tierra.
MEMORIA Y TIERRAS ESCRITAS POR RESILIENTES
Abordaremos en la segunda parte el detalle del paso histórico por las letras y el menguar de una memoria que debe ser bañada por el Oro del recuerdo, de esas obras maestras de la poesía, de los cantos o el arte en general; siendo esto una apología del sentir de las tradiciones que nos dieron vida. El eco del pasado nos acoge entre pausas de sueños y deseos que se han transformado en el continente mestizo, pero que llevan a un nuevo diario de vida y que inspirado por los ancestros milenarios, recobran importancia para el sentido de amor hacía este camino de letras. Latinoamérica, es un continente de riquezas incalculables, pero su mayor riqueza sigue siendo la humanidad que es resiliente y lucha por descubrir nuevos episodios de su identidad, en ellos nos basaremos y entenderemos como con la poesía misma, se crea una victoria de esta trilogía, pasado, presente y futuro.