Los estudios de los científicos de la Universidad de Yale, Estados Unidos, hechos en marranos dan esperanzas con los nuevos métodos de conservación que podrían aumentar el número de trasplantes de órganos en el mundo, algo que podría ser el descubrimiento de este año y que podría avanzar aún más en los próximos años.
Órganos donados acaban en la basura cada año
"Solo el 10% de las personas de todo el mundo que necesitan un trasplante de órganos pueden conseguirlo. Sin embargo, miles de órganos donados acaban en la basura cada año porque no se conservan inmediatamente", señaló la Organización Mundial de la Salud.
Así, en un laboratorio de investigación de la Facultad de Medicina de Yale, dirigido por el neurocientífico, Nenad Sestan, se pretende revertir esta situación y se logró con una mezcla de nutrientes, proteínas y fármacos ralentizar la muerte celular. El corazón de un cerdo comenzó a latir espontáneamente, horas después de su muerte.
Resucitar órganos muertos ¿Descubrimiento del año 2022?
"El objetivo no era reanimar el cerebro, sino estudiar su cableado. Los primeros resultados en 2019 hicieron que muchos colegas del gremio y de otros lugares nos llamaran para que lo probáramos en otros órganos y lo hicimos", manifestó Sestan.
Organ-Ex fue el nombre escogido para esta solución médica que al ser bombeada a través del sistema circulatorio puede restablecer la función de múltiples órganos en un animal que ha estado muerto durante más de una hora.
"Ni en mi imaginación más descabellada pensé que trabajaría en un riñón, un corazón u otro órgano. Pero las necesidades insatisfechas del trasplante de órganos nos motivaron mucho", dijo en National Geographic.
"El equipo de Sestan consiguió ganar tiempo antes de la recuperación del órgano"
Con este estudio parece que el método usado: la extracción inmediata del órgano para después conservarlo en hielo porque esto ralentiza el metabolismo y la muerte de las células, podría añadir más tiempo.
"Todo en la medicina de trasplantes es una carrera contra el tiempo, lo que el equipo de Sestan ha realizado es ganar tiempo antes de la recuperación del órgano, lo cual es importante cuando hablamos de ampliar el grupo de donantes", sostuvo Gerald Brandacher, cirujano de trasplantes del Programa de Trasplantes Reconstructivos del Johns Hopkins.
La primera vez que se pudo salvar y hacer funcionar diversos órganos
Esta investigación publicada en National Geographic, en el mes de agosto, supuso la primera vez que se pudo salvar y hacer funcionar un corazón, un hígado, un cerebro y riñones, aunque el animal no se hubiera enfriado y estuviera una hora fallecido.
"Recuperar varios órganos con una sola intervención aumentaría el suministro de órganos al incluir los que normalmente se descartarían, como los de los pacientes que mueren en casa y cuyos cuerpos no pueden recuperarse inmediatamente" transmitió, David Andrijevic, integrante del equipo de Sestan.
''Células de un cadáver no sufren daños irreversibles hasta por lo menos una hora después''
Este trabajo y otros similares han transformado la comprensión de cómo y cuándo mueren las células y los tejidos, y descubriendo maneras de mantenerlos viables.
"El grupo de Yale demostró que las células de un cadáver no sufren daños irreversibles hasta por lo menos una hora después de la muerte", aseguró Sam Parnia, médico de cuidados intensivos de la NYU Langone.
Aunque, Sestan no se plantea las posibles implicaciones clínicas y prefiere centrarse en los trasplantes de órganos. Además, pide cautela con los resultados.
"Nuestro trabajo no consistía en revivir al animal"
"Queríamos ver hasta qué punto podíamos restaurar o revertir la desaparición de células en órganos dañados. Podemos decir que el corazón late, pero hasta qué punto late como un corazón sano: eso requerirá más estudios. Nuestro trabajo no consistía en revivir al animal", puntualizó Sestan.
La siguiente meta es probar los órganos tratados con Organ-Ex, incluso trasplantarlos a cerdos receptores para evaluar su funcionamiento en un animal vivo. Según el ciéntifico, hay que tener cuidado de no especular cuando algo puede transformar la sociedad. Aunque, es bonito imaginar nuevos horizontes más cercanos ahora que antes.