Todos creemos entender que la democracia es una forma de organización social que le da la titularidad del poder al conjunto de la ciudadanía. Simple definición que en la práctica de algunos países como Argentina y muchos otros, no se cumple.
¿Es realmente así, como dice la definición? O es la parodia de emitir un voto cada 4 años para presidente , votando listas sábana de gente que nadie conoce y que hasta tienen prontuario y no lo sabemos hasta muy tarde. Y votamos programas o plataformas que luego no se cumplen o que se desvían para el lado ideológico opuesto. Esto como una de las mínimas traiciones que los electos le hacen a quienes los eligen para que representen su pensamiento. Y no representan más que el propio interés.
Porque quién diría que el ciudadano argentino y de cualquier país del mundo se odia tanto a sí mismo para ponerse tantos palos en las ruedas: cláusulas, normas, impuestos desorbitantes que le complican el normal desarrollo tanto a una pyme como a una multinacional. Cierto es que las grandes empresas tienen mas espaldas que una pequeña pero al final, en crisis como la actual, terminan dando el portazo y yéndose del país, tal el caso de Falabella y otras tantas.
El ciudadano está desdibujado y es reprimido cuando marcha en paz, para manifestar su desconformidad con sus representantes, con los que él elige, sostiene y mantiene con sus impuestos desmedidos. No se le reconocen sus derechos, solo debe pagar, agachar la cabeza y callar mientras ve a los políticos de turno, marearse con los dólares que al argentino, no le dejan ver ni de lejos. Mientras que todo se rige con el dólar en este país. Absurdo y siniestro.
En Argentina, tenemos impuestos como si viviéramos en Noruega y nuestro estilo de vida es cada vez más parecido al de países sumergidos, no ya emergentes.
El obstáculo permanente ahoga la democracia
Todo está organizado para que la gente no pueda salir adelante ni trabajar. Sin darse cuenta de que si el ciudadano de a pie no produce, los cráneos dirigentes también se quedan sin recursos.
Porque nosotros y hoy podemos gritarlo más que nunca, los mantenemos a todos a cambio de la inestabilidad permanente y la injusta frustración que devuelven siempre a la clase media. Viven de nuestra carencia tanto los funcionarios del poder ejecutivo, legislativo y judicial como los sindicalistas mafiosos, los vagos y los delincuentes. Y estamos hartos de que nos den lecciones de moral: nos digan qué producto debemos comer, que no se encuentre en la góndola del supermercado, que nos mientan y lo peor, que nos enseñen a vivir: qué debemos hacer con el fruto de nuestro esfuerzo.
Y que nos terminen culpando a los "laburantes" de desestabilizar el mercado porque ahorramos 100 dólares, ya que el peso se devalúa segundo a segundo, para poder comprar una botella de aceite al otro día. O porque algunos se van 10 días a Brasil como fruto de su trabajo, ahora se les dice que por su culpa, no hay trabajo en Argentina. Absurdo.
Quién les dijo a los políticos que debían enseñarnos moral, qué hacer, qué comer , qué no hacer, a dónde ir. Mejor es que gobiernen como representantes que son de la democracia y se dejen de enseñarnos a vivir, mejor que aprendan ellos moral y ética. Algunos las reprobaron.
Nosotros elegimos nuestro estilo de vida, solos. Que con nuestra libertad no se meta nadie mientras no hacemos nada ilegal.
Y que los jueces dejen de ser marionetas y empiecen a castigar y ejemplificar el comportamiento de una sociedad ética, que la ley sea igual para todos.
No queremos más este mamarracho que tenemos desde hace 40 años, cuando creímos que votando a la democracia, salíamos adelante. Y lo teníamos todo para salir adelante, fuera del yugo de la dictadura. Pero ganó la corrupción y se robó hasta el alma de los argentinos.
Argentina es un país riquísimo sino cómo se explican las mansiones, departamentos, embarcaciones que tienen nuestros políticos de cualquier partido, en el país o en el exterior. ¿Y los paraísos fiscales? Bien, gracias.
Pero para que esta democracia raye en el autoritarismo, muchas veces, cualquier partido político que haya gobernado, se vale del poder que le otorgamos para ejercerlo muy lejos de los conceptos democráticos y del beneficio del pueblo.
Pasan décadas de nuestra vida, perdidas. No se generan políticas de empleo, no se otorgan líneas de crédito para comprar una vivienda, y cuando se dan, condenan a perpetua a quien pide el crédito porque la inflación hace que resulte impagable, apenas pasados unos meses de pedido el préstamo.
Cuando la ley no es igual para todos, la democracia se debilita y cuando la delincuencia no se castiga, especialmente en quien debe dar el ejemplo, la democracia se erosiona. Y en todo este híbrido argentino llamado democracia, la justicia es la principal responsable de todo el desmadre. Por su ausencia, lentitud y corrupción.
Según un listado de los países mas democráticos del mundo hecho por The Economist, el país con mejor reputación democrática sería Noruega. Argentina es un híbrido en el puesto 47 del ranking, como muchos países donde conviven normas democráticas con otras no tanto, y en esa lucha de ambiciones, a muchos se les olvidan los objetivos nobles que los llevaron a hacer política.
Si la política es el arte de lo posible, todos nuestros gobiernos desde la democracia del 83 para acá sí lo han hecho posible, todo: una vida nueva, status social alto, viajes, casas en el país y en el exterior, un buen pasar y una herencia respetable para cuando se jubilen así como una jubilación de privilegio, así hayan pasado un mes en el cargo.
El mundo del revés
Estoy hablando de "Kratos y Demos": el gobierno del pueblo que queda fuera del sistema y ni fuerza tiene para reafirmar sus derechos porque cuando se anima a manifestarse, lo desconcentran a los golpes.
Porque este es otro fenómeno de la Argentina de hoy: Las fuerzas de seguridad sólo reprimen al trabajador y al jubilado hambreado, cuya caja de aportes fue saqueada para regalar su esfuerzo a cualquiera. Quien manifiesta pacíficamente con banderas argentinas y para que no nos transformemos cada vez más en esos países autoritarios, bloqueados, sin derechos, donde la gente que puede, escapa porque es insostenible ese tipo de vida con tanta injusticia y falta de libertad.
Mientras que a los delincuentes, mafiosos y vagos que quieren vivir de los demás, a ellos la policía se los cuida y se los comprende porque son "víctimas de la sociedad" y "no tuvieron oportunidades". Y es difícil la salida porque tanto el gobierno nacional como el de la Ciudad que es la oposición, cuidan con respeto a quien corta la calle todos los días, en busca de más dinero que "llueva del cielo" e impide al ciudadano que paga impuestos, movilizarse para trabajar. Y castiga al manifestante pacífico como ocurrió el 9 de julio en plena ciudad con la policía de la oposición y la gente que quería manifestar en un día festivo, a favor de la Patria, sin molestar a nadie.
Se mire hacia la supuesta ideología que se mire, no hay justicia y hay corrupción. Por eso cuando la gente dice que hay que votar bien, no sé a que se refieren, porque el espectro eleccionario es tan decadente que no hay opciones buenas.
Solo hay votos "castigo" al gobierno anterior y los únicos que terminamos castigados somos los votantes. Y así, se desarrolla nuestra historia.
Todos somos víctimas pero no de la sociedad. Sí, de una clase dirigente corrupta: ejecutiva, legislativa y judicial.
Y por qué nunca se llama a plebiscito?
Un plebiscito es un procedimiento jurídico por el que se somete a votación popular una ley o un asunto de especial importancia para el Estado.
Con la pandemia, la inseguridad, la devaluación del peso, la fugada deuda externa , a qué países del mundo y formas de gobierno queremos apoyar, cómo queremos que se usen nuestros impuestos, si nos apetece seguir dilapidando nuestro dinero (el que no nos alcanza para vivir) para los "subsidios eternos" o exigimos fuentes de trabajo, un plebiscito hubiera venido a la medida. Pero los políticos no quieren: si nos unimos, perderían privilegios y "solo" ganaría la democracia.
Nos dejan de lado a los ciudadanos honestos: ¿qué debemos hacer ante esta realidad? Sería interesante presentar un proyecto para generar un plebiscito y que nosotros decidamos cómo seguir con todo el daño hecho a este país durante largos años. Nadie mejor que quien trabaja, lo sabe.
Ya que somos los verdaderos dueños del país y los perjudicados, no podemos siempre mirar para otro lado cuando nos roban los sueños, el presente y el futuro.
Porque hay que empezar a ejercer el oficio de ciudadano, de una vez por todas. Porque la democracia se construye y debemos comprometernos con nuestra patria y nuestra vida.
Gentileza Imágenes Free: Pixabay