Por Adriana Giannini
Que te digan que no has logrado cumplir con las expectativas o que has cometido un error afecta tu ego. Tienes que saber que la crítica es una parte inevitable de la vida laboral y no hay que rehuirle, ya que en ella podría esconderse tu éxito.
Una crítica negativa puede tomarse como oportunidad para conocerte a ti mismo, construir tu inteligencia emocional y demostrarte lo capaz que eres de aprender y superarte. Esta actitud es muy bien valorada por jefes y selectores de personal.
En el mundo actual tan cambiante, es muy considerado el que se arriesga y toma retos frente a quien se ofende y se retrae cuando recibe comentarios negativos. Ser capaz de superar la molestia que provoca la crítica y darle un nuevo enfoque, desde una postura dispuesta al cambio refleja una sólida personalidad que no se inmuta ante nada y está dispuesto a cambiar.
Una gran ayuda para superar las odiosas críticas es como se sugiere en el coaching, recurrir a las preguntas disparadoras de cambio.
Atención: ¡Ahí viene una crítica!
La próxima vez que te critiquen, la mejor manera de actuar será una postura genuina y abierta: preguntar y mostrarte interesado en solucionar los problemas que se plantean.
Respira profundo (ayuda mucho) y concéntrate en el comentario negativo sin negarlo ni excusarte, echando culpas a tu entorno.
Analiza el hecho con frialdad (para suavizar las emociones agitadas que provoca una crítica)
No pienses automáticamente que la persona que te critica quiere herirte. Trata de recordar que no se trata de un ataque hacia ti sino de una observación sobre tu trabajo.
No creas que las críticas se dan porque te tienen “entre ojos”. Se supone que un buen jefe te las hará porque quiere acompañarte en tu crecimiento. Claro que, y esto va para los jefes, bajar el tono negativo de la crítica y encararla desde una actitud de colaboración y no de confrontación, ayuda mucho a su buena recepción.
Un jefe debe entender que un buen empleado no quiere cometer errores y quiere conformarlo al punto de que esté satisfecho y hasta orgulloso de él.
Pregunta cómo podrás hacerlo mejor la próxima vez. Y cómo afrontar los exámenes que, a veces, se presentan, para cumplir con los plazos y optimizar tu parte en la cadena laboral.
Deja claro que tendrás el juicio en consideración para la próxima oportunidad. De aquí sale la utilidad del error, lo que hará sentir bien al otro y especialmente, a ti mismo.
Cuestiónate: ¿Cómo puedo a partir del error mejorar mis vínculos con mis compañeros? Tal vez, puedo buscar un mentor, alguien más experimentado que me ayude a controlar mi trabajo hasta aprenderlo y no recibir más críticas.
Y sigue con más preguntas, a ti mismo
Parece fácil así relatado pero llevarlo a la práctica requiere transformar la creencia de que el error es malo y merece castigo (y esto va también para quien hace la crítica), y entender que los errores son parte de la vida y del aprendizaje.
Una vez aceptado el comentario negativo de tu jefe o de un cliente, es el momento de poner manos a la obra para efectuar los cambios necesarios. Ahora, te toca crear una lista de preguntas para hacerte a ti mismo a fin de pulir tus habilidades, y ser un mejor empleado y profesional.
Es hora de tomar un bloc de notas y escribir preguntas que te llevarán a la solución:
1.¿Qué sentimientos me produce la crítica?
Ejemplo: Miedo, dolor, baja de la autoestima o lo que te ocurra
2.¿Qué creencias me dominan al escuchar una crítica?
Ejemplo: Nadie puede equivocarse. No fuiste criado para eso. Siempre haces todo mal. No entiendes nada
3.¿Cuáles son tus reacciones físicas y emocionales cuando te llaman para hacerte una crítica?
Dolor de cabeza, de estómago. Hay personas que hasta experimentar temblores.
4.¿Cuáles son tus reacciones y pensamientos, durante y después de la crítica? Si son muy duros hacia ti mismo, ¿cómo podrías revertirlos?
Luego de este auto test, seguramente empezarás a recibir las críticas con mayor flexibilidad y creatividad de las que sacarás conclusiones de cambio. Y notarás cuando la crítica es abusiva para frenarla de entrada.