Cuántas veces has intentado dejar un hábito perjudicial y no has podido. Solo te lo propones cuando sientes la resaca por haber bebido toda la noche y te juras nunca más volver a ese hábito, hasta que pasan los efectos físicos y "vuelves a la carga"
Otras veces, se trata de hacer dieta para bajar de peso o anotarse en un gimnasio. Suele pasar porque decides anotarse porque tu amiga lo hizo y bajo de peso. O te sientes bombardeada por las modelos anoréxicas de los medios de comunicación que pregonan la falta de salud como un bien a alcanzar.
Define el fin de tu cambio de hábitos
Primero tienes que saber que es importante lo que tú quieras cambiar, el hábito que quieras dejar o aquel que quieras adquirir. Que tengas claro tu deseo, que no sea una imposición de una persona que critica tu figura y a la que quieres complacer.
Si no es genuino tu deseo de cambiar hábitos, empezarás la dieta pero no dará resultado. No tendrás el valor de sostenerlo en el tiempo.
Pregúntate para qué quieres cambiar de hábitos, no por qué sino para qué. Cuál es tu fin al desafiarte a cambiar tus hábitos, y cuando tengas la respuesta, empieza a practicar tu nuevo hábito y repítelo por 21 seguidos para que empiece a instalarse.
Si encuentras que el para qué, es comer sano para estar en forma y saludable, manos a la obra. Pero primero ten claro lo que vas a hacer. Y asesórate con quien sabe del tema, ve a ver a un nutricionista. No copies la dieta que le dio resultado a una estrella de cine. Cambiar un hábito requiere seriedad, constancia y hacer las cosas bien para ser exitoso.
Instaurar hábitos positivos en los pequeños
El hábito hace al monje: levántate a las 5 am
- Elige un trabajo físico (yoga, estiramientos, caminata) para practicar diariamente, durante 20 minutos.
- Planifica tu día, revisa tus metas, puedes escribir los objetivos del dia.
- por 20 minutos y chequearlos a la noche y otros 20 minutos, los dedicas a leer algún material de desarrollo nuevo o a repasar los conceptos que aprendiste en ese campo.
- A esta fórmula, Robin Sharma, la llama 20-20-20, en su libro "El club de las 5 de la mañana" que tiene record de lecturas.
- Los primeros 90 minutos de tu día laboral los dedicas a una actividad específica. A perfeccionarte en lo que mejor te sale (escribir, dibujar, aprender un idioma) aquello que te dará ventajas tanto en lo material como en lo espiritual.
- Practica durante el día, el método 60/10: Trabaja enfocado por 60 minutos y luego, durante 10 minutos puedes descansar, lo que hoy día es revisar redes y entretenerse solo por 10 minutos.
- Determina 5 metas diarias para que el día te resulte productivo
- Dos veces por semana, date auto-masaje o masaje por un especialista, durante 90 minutos
¿Eres alondra o búho, según tus costumbres de sueño?
Son muy buenas sugerencias las de este autor, pero yo me siento más productiva y creativa a altas horas de la madrugada. Debo descansar bien y si me acuesto a las 3 am, difícil será levantarme a las 5 am con toda la energía. Hay personas que son "búhos" que funcionan mejor de noche y otras, clasificadas como alondras, que funcionan mucho mejor de día, y les fascina la madrugada.
Por eso, a mi me parece más atinado, respetando esas categorías que definen los especialistas del sueño, que si eres búho despiértate antes de lo habitual: estaría bien 2 horas antes, para cambiar la práctica y desafiarte a que te rinda más el tiempo. Y si eres alondra, no habrá problema en madrugar.
Todo lo que implique un desafío, hacer una diferencia, te conducirá a instalar nuevas rutinas en tu día a día, y a desterrar aquellos que te están dañando hace mucho tiempo, pero los conservas sólo por costumbre.
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Alondra: le gusta madrugar 
El búho ama la noche Gentileza imágenes: Pixabay