Los estereotipos existen por un motivo, y es que es innegable que ciertos grupos de personas comparten ciertas características que los hacen destacar del resto.
Si bien cada raza es única, no es raro encontrar similitudes entre ellas. La falta de ducha es una de ellas, y sorprendentemente, se encuentra presente más veces de la que realmente nos gustaría.
Quedan fuera de este top personajes que se encuentran en situación de calle o cuyos ingresos mensuales les impiden el acceso al agua potable.
Sin más preámbulos, comencemos.
6 - Soltero Reciente
Cuando un hombre es dejado por una damisela, sus niveles de testosterona descienden drásticamente. Como un león que perdió una batalla, el hombre también huye a su guarida para refugiarse de la realidad.
Allí comienza un período al que yo llamo “La Era de la Oscuridad Reinante”, donde el individuo intentará apaciguar su dolor con alcohol, partidas de Lol, y maratones en el YouTube naranja. Como resultado, la higiene básica pasará a un segundo o tercer plano. Lavarse los dientes, afeitarse, y enjabonarse los huevos se convertirán en experiencias del pasado.
El soltero reciente está en el puesto más bajo de este top porque el esquivarle a la ducha está temporalmente justificado. El dolor de la derrota es motivo suficiente para carecer de la energía necesaria para meterse al agua y ponerse pituco. Convengamos también que en la mayoría de los casos, La Era de la Oscuridad Reinante es solo un período finito que tarde o temprano finalizará.
Una vez recuperado, el hombre seguirá invirtiendo tiempo en alcohol, partidas de Lol, y maratones en el YouTube naranja; pero también se bañará y volverá a socializar.
5 - Adolescente Promedio
Aproximadamente a los 13 años comienza una etapa denominada La Edad del Pavo. Para las mujeres, esa etapa cuenta con fecha de vencimiento. Por suerte para los hombres, la Edad del Pavo se extiende durante toda la vida, solo que se raciona y se aprende a utilizar en momentos especiales de la adultez.
Muy distinto es el adolescente. El adolescente no tiene límites. No sabe diferenciar entre hacerse el idiota y ser un idiota. Como resultado, el adolescente intentará en vano ligar con jovencillas sin tener en cuenta que está tan chivado y tan matado a pajas que lo único que logrará será espantar a las beybis.
Por suerte para el adolescente promedio existe la salvación. Una vez que termine la secundaria y comience a estudiar y/o trabajar, la ducha regresará y todo habrá quedado en un mal recuerdo.
4 - Escritor de artículos para internet
Se reconoce a un escritor por su alcoholismo, ideas suicidas, y pobreza. Si tiene suerte, se lo reconoce por sus obras literarias.
Muy distinto es el escritor de artículos de internet, al cual se lo reconoce por su alcoholismo, ideas suicidas, pobreza, y suciedad. Hay un sector específico de escritores de internet que suelen escapar a esta categoría, y son quienes lo ejercen como profesión. Autores como Ryan Holiday, Mark Manson, y James Clear claramente toman duchas. Los ghostwriters y periodistas también. Estos suelen ser personas civilizadas y hombres de familia. Se levantan por la mañana, se preparan la primera taza de café del día, y comienzan un arduo y extenso proyecto que llevará horas, quizás semanas en finalizarse. Se toman un día o dos a la semana para descansar. Como con cualquier otro empleo, esta rutina se repite indefinidamente.
Esto no aplica para el escritor de internet quien lo hace por puro hobbie. El escritor de internet pierde valioso tiempo pensando y plagiando ideas para plasmarlas en un artículo que nadie leerá, dentro de un blog que nadie conoce. Suelen ser las ovejas negras de la familia, y se creen graciosos pero son unos salchichas.
No están en un puesto más alto solo porque sus maldades son el resultado de su ignorancia. Como un perro abandonado en la calle, los escritores de internet necesitan ser educados, cuidados, y amados para que dejen de morder y se bañen.
Vos también podes brindar ayuda a estos individuos, compartiendo sus artículos a tus círculos más cercanos, pidiéndoles su alias para transferirles dinero, invitándoles una cerveza, o mandándole fotos de sus tetas.
Que corra la voz. Que el mundo descubra la tristeza que invade a estos recluídos. Es la única forma de salvar al planeta.
3 - Hippie
Con la excusa de ahorrar agua para salvar el planeta, el hippie puede pasar semanas sin abrir el grifo.
Su colección de tierra en los pies proporciona un escudo que protege contra cardos, rocas, y ramas, lo que les habilita circular descalzo y libre por los bosques y selvas.
A diferencia de otros individuos en este top, el hippie es potencialmente peligroso. Cuenta con un arsenal de tácticas manipuladoras para culpabilizar a sus víctimas.
En el mejor de los casos, al hippie terminás comprándole una cadenita poronga porque tiene la piedra de Virgo y justo era el signo de tu novia.
En el peor de los casos, though, el hippie te termina metiendo a un culto, te droga hasta el ojete, y te tira la de que se viene el fin del mundo y de que son los elegidos por una raza alienígena que viene a rescatarlos en su ovni para llevarlos a su planeta en la galaxia de Magallanes y compartirles su amor y sabiduría infinita con el resto de sus gentes, pero solo acceden quienes anteriormente le hayan hecho una tirada de goma.
Si te parece que estoy escribiendo pelotudeces, es porque nunca escuchaste hablar de Heaven’s Gate.
Tarantino y sus fetiches 🦶
2 - Thrasher
Buena foto igual
Metal y cerveza. Dos de las cosas más maravillosas que existen en el mundo, pero que pueden conducir a un individuo por la senda del mal.
Lo que comienza como una forma de liberación y expresión termina quemando neuronas. El thrasher deja de disfrutar de la música y pasa a considerarse un elitista experto en cacofonías. Criticará tus gustos musicales por no escuchar metal o por escuchar metal que no es metal. El metal deja de ser un placer y se convierte en una tesis donde, según el thrasher, deberás estudiar de memoria las canciones, discos, EPs, demos, y formación de cada banda en orden cronológico para contar con una acreditación que certifique que sos fan de susodicha banda.
Esa obsesión tóxica por la música lleva al thrasher a suplantar tiempo de ducha por estudio.
Además de evadir duchas, el thrasher evade mujeres con su chaleco de jean atiborrado de parches. Es un álbum de figuritas viviente.
Pero si hay algo que un thrasher hace bien es darlo todo. No mete la punta del dedo en el agua (metafórica y literalmente), se zambulle de una. Es borracho, sucio, y critica tus gustos musicales, y siente orgullo por eso. Es el combo completo.
Así que ya sabes. Si a lo lejos ves una campera con logos de Enforcer, Saxon, Exodus, Skull Fist, y Mercyful Fate, tapate la nariz y ni se te ocurra decir que escuchas a Black Veil Brides.
1 - Otaku
Como muchos ya se imaginaban, la medalla de oro va para los fanas del manga, Death Note, y las muñecas esas que se guardan en frascos (si no sabes de lo que hablo evitá averiguarlo. No me hago responsable por tus traumas).
Al Otaku se lo reconoce por su afición al anime, sea en formato de animación, manga, o videojuego. Pero por supuesto, el Otaku va más allá. El Otaku absorbe las características de sus dibujos favoritos y las transporta al mundo real. En otras palabras, adapta su personalidad basándose en la de un personaje ficticio. La fricción entre lo verídico y la fantasía genera como resultado un ser que no puede adaptarse a las normas básicas de convivencia de una sociedad.
Cuando se hacen convenciones en la escuela técnica, el Otaku deja salir su “verdadero yo”, vistiendo pelucas y prendas polémicas para asimilarse a sus ídolos. Creerás que estos tipos jamás se atreverían a interactuar con una dama, pero algunos intentarán conseguir el Instagram de la morra de 12. Una vez en casa, tendrán maratones sexuales con almohadones de Gardevoir o Vaporeon, impregnando sus sábanas con olor a ojete y cebolla.
Si acaso podemos decir algo bueno de los Otakus es que jamás caerán en las drogas ni el pucho, ya que el dinero que tienen será invertido en cartas de Magic y Yu-Gi-Oh! (que de todas formas, es una buena inversión porque aguante coleccionar).
Dicho todo esto, si te creías desafortunado por haber perdido el sentido del olfato por culpa del COVID, quizás deberías replantearte la idea. Quizás fuiste maldecido con una bendición.
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